En el marco del Encuentro Empresarial en la Frontera Sur de Quintana Roo: Hacia una Agenda de Inversiones, el primer proyecto presentado fue el complejo hospitalario K&A para la ciudad de Chetumal, cuya inversión asciende a 200 millones de dólares de origen canadiense, y consiste en la construcción de un hospital general y un centro quirúrgico, así como un centro de rehabilitación de largo plazo.
Marc Kealey, director general de K&A, explicó que los estudios de factibilidad arrojaron que ya existe una comunidad de 70,000 canadienses con alguna propiedad de descanso en México, de los cuales, más de 80% son de la tercera edad, lo cual significa que el mercado con mayor potencial es el de personas de más de 60 años que buscan lugares con seguridad garantizada, pero también con servicios de salud certificados al mismo nivel que en Canadá.
En tanto que 30% de los 40 millones de canadienses que conforman la población total de ese país tiene más de 60 años, por lo que el mercado potencial es aún mucho más grande para proyectos como el centro hospitalario K&A.
Sin embargo, el objetivo del proyecto es mucho más amplio, pues el hospital general buscará atender a la población local, abriéndose a pacientes beneficiarios del Seguro Popular, además de que habrá un intercambio médico y académico, con el objetivo de elevar los estándares de calidad y equiparar los servicios a los estándares canadienses de salud, indicó el directivo.
En puerta
Los dos siguientes proyectos son de corte inmobiliario; el primero de ellos es el hotel boutique Boca de Agua en Bacalar, cuya inversión asciende a 7.5 millones de dólares.
Rodrigo Juárez, director del proyecto, señaló que la filosofía del complejo es la “sustentabilidad honesta”, es decir, el respeto máximo a la naturaleza, por lo que se trata de un desarrollo de muy baja densidad, sobre una superficie de 13 hectáreas para la construcción de 32 cabañas, un muelle piloteado sobre la laguna de Bacalar, estacionamiento, así como áreas comunes y de servicios.
El directivo aseguró que ya tienen todos los permisos, salvo la aprobación de la Manifestación de Impacto Ambiental, la cual aún se encuentra en análisis ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
En caso de que sea aprobado, la construcción del complejo iniciará en el segundo semestre del 2019, con miras de ser inaugurado a finales del 2020.
El otro proyecto presentado se denomina Caribe Country Club, un complejo de 180 hectáreas para la construcción de zonas residenciales, área comercial y campo de golf, cuya inversión asciende a 400 millones de dólares, aseguró Ernesto Báez, director del desarrollo.
También estará ubicado en la laguna de Bacalar y, según el empresario promovente, estará enfocado al mercado de las segundas residencias de origen extranjero y mexicano de alto poder adquisitivo. Se tratará de una comunidad ecológica, apegada a los estándares establecidos por la Organización de las Naciones Unidas en cuanto a respeto de áreas verdes, cuidado del agua y empleo de energías renovables para disminuir al máximo su huella ambiental o generación de gases de efecto invernadero.
La construcción iniciará a finales del año en curso y se inaugurará en el 2021.
Por último, se presentó el proyecto de la empresa Milpa Maya, que tendrá una inversión de 12.5 millones de dólares y se ubicará en el municipio de Felipe Carrillo Puerto, en el centro-sur de Quintana Roo.
Centro de producción
Gilmer Arroyo, director de Milpa Maya, refirió que este emprendimiento es un Centro de Producción Agrointensiva (Cepai), el cual concentra el capital de varios inversionistas que le están apostando a la industrialización del chile habanero para su exportación, principalmente a Estados Unidos.
Se trata de un invernadero con tecnología de punta que permitirá la producción de 1,500 toneladas de chile en una superficie de 30 hectáreas, el cual ya ha comenzado a construirse este año y su operación se estima que comience en el 2020.
El directivo dijo que Milpa Maya es la única empresa que ha logrado la certificación de la Denominación de Origen del chile habanero, lo cual los avala como un producto premium, con todos los estándares de inocuidad y sanidad, altamente cotizado en el extranjero.
El Cepai empleará a casi 400 personas y más de 80% de su producción se colocará en el exterior.
El Economista